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RECURSOS

Gestión Emocional

En los últimos años las emociones se han considerado un obstáculo y se ha dicho que hay que controlarlas, gestionarlas o incluso ponerlas a un lado, para poder avanzar hacia el éxito. Sin embargo, las emociones son neutras. Es el uso que haces de ellas el que las convierte en positivas o negativas. Incluso la intensidad con la que las vives, pueden suponer un grave problema o una bendición para ti.

El componente emocional de tu mente es fundamental como punto de partida en tu mapa de crecimiento personal, ya que saber cómo te sientes y cómo piensas, conlleva conocer cómo puedes adaptarte a los retos que te presenta el día a día. Y si esa adaptación no es la más adecuada, porque los automatismos generados no te satisfacen, no te juzgues.

Las emociones son el motor de tu aprendizaje

No se trata de controlar las emociones, sino tirar de ese hilo de información a la vez que aprovechas la energía emocional, para poder cambiar aquello que deseas cambiar de ti, y potenciar aquello que te nutre.

Controlar las emociones implica bloquear el flujo de energía en tu vida y renunciar a tu poder. Usa la emoción como el motor de transformación que es, y permite que desate tu potencial.

Destacadas

Tus emociones no te definen, te facilitan información fundamental para tu crecimiento personal. De ti depende aprovecharlas o seguir sufriendo

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FAQ

Preguntas
Frecuentes

01

¿Qué es la gestión emocional?

Las emociones pueden construir y destruir. Pueden unir y separar. Pueden ayudarnos o ser nuestros peores enemigos. Pueden dominarnos o pueden ser manejadas por nosotros para nuestros intereses.

La gestión emocional permite identificar y hacer un uso adecuado de las emociones, con la polaridad y la intensidad que requiere cada situación, para conseguir el objetivo deseado.

No se trata de negarlas, controlarlas o dejarse controlar por ellas. Tenemos que saber identificarlas, ponerles el nombre adecuado, y ser capaces de calibrar qué emoción desbloquea una situación y la repara.

Si intentamos controlarlas, distorsionarlas o estar por encima de ellas, las emociones pierden su función de indicadores bioquímicos de la realidad ante la que tenemos que actuar, de forma rápida e intuitiva.

Es cierto que hay momentos en los que las emociones aparecen como reacción automática, en una situación similar a otra del pasado, y no nos dan la opción de elegir. Es en esos casos en los que hay una programación limitante asociada a una emoción, y la única forma de salir del automatismo es mediante la reprogramación mental, o la reeducación conductual. Desde el Método SOMA®, optamos por la primera opción, por ser la más rápida y definitiva.

02

¿Qué ocurre si tienes emociones sin gestionar?

Siempre que tengamos emociones sin gestionar, estas van a bloquear nuestros procesos físicos, nuestras relaciones, y nuestra vida. Las emociones atrapadas son energía que no se mueve, y que no permite el movimiento, generando daños de más o menos gravedad, en función del tiempo que lleven atrapadas y de la intensidad de las mismas.

Las emociones más limitantes son el miedo, la tristeza y la ira. Las dos primeras nos paralizan a la acción, nos llevan a reacciones pasivas o aún peor, a bloqueos que no nos permiten enfrentarnos a personas, situaciones o pensamientos. La ira descontrolada destruye toda posibilidad de conexión y reparación en situaciones de conflicto.

03

¿Qué comportamientos tienes cuando tienes emociones atrapadas o reprimidas?

1. Evitas hablar de emociones, y solo consideras que es real lo que piensas, en un ejercicio titánico de control emocional. La otra posibilidad de este mecanismo es el absoluto descontrol emocional, porque te desbordas cuando menos lo esperas, ya que cuando no puedes más, los diques de contención emocional se rompen.

2. Juzgas y te juzgas todo el tiempo, ya que estás programado para creer que las emociones son malas. De este modo no permites que la emoción se exprese, y el subconsciente la bloquea y la disimula.

3. Te dices a ti mismo que todo es perfecto y que siempre estás bien y feliz, en un ejercicio temerario de positivismo irreal, que te desconecta de los sentimientos y emociones del momento. Esto ocurre a veces cuando nos empeñamos en tener pensamientos positivos y no escuchamos la reacción negativa de nuestro cuerpo al respecto.

4. Consideras que tus emociones predominantes en ciertos momentos vitales definen la persona que eres. Si, por ejemplo, a los 15 años sufriste un desengaño amoroso, has tomado como rasgo de tu personalidad el sentimiento de soledad y abandono, que simplemente quedó atrapado entonces, pero sigue activo y definiendo tu experiencia actual de tu realidad.

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