Al emprender, nuestro mayor activo somos nosotros mismos. Por ello, tan importante es formarnos adecuadamente, y tener claros nuestros puntos fuertes, como identificar y evitar ciertos factores que pueden obstaculizar nuestro camino hacia el éxito.
Sin conocimientos adecuados, capacidad de aprendizaje y altas dosis de realismo, es temerario lanzarse a emprender, al menos en proyectos que impliquen inversión. Si solamente es nuestro tiempo e ilusión el que está en juego, igualmente, vamos a tener que sortear los escollos de nuestras emociones, mentalidad y actitud, para no terminar fracasando en la aventura empresarial.
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A continuación, explicaremos cinco factores emocionales que debemos evitar a toda costa a la hora de emprender:
1. Miedo al fracaso
Este es uno de los bloqueos más paralizantes que un emprendedor puede enfrentar. Este miedo puede hacer que evitemos tomar riesgos necesarios o que abandonemos nuestros proyectos cuando las cosas se complican.
En lugar de temer al fracaso, debemos ver cada uno de nuestros fracasos, como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
No hay que olvidar que el miedo al fracaso lleva implícito un miedo mucho mayor y del que nunca se habla: el miedo al éxito. Si tenemos una mentalidad pequeño pensante, nos abrumará a la hora de tomar decisiones de crecimiento rápido.
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2. Indecisión
La indecisión es otro factor que debemos evitar a toda costa.
Obviamente, tenemos que pensar las cosas y reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones. Pero, cuando dudamos constantemente y no podemos tomar decisiones firmes, perdemos tiempo y oportunidades valiosas.
La falta de decisión tiene una cara oculta, ya que puede llevar a la procrastinación y a la pérdida de impulso en nuestros emprendimientos. De hecho, muchas veces posponemos tanto las cosas, que en ese tiempo podríamos haber probado y comprobado nuestras teorías en el mercado.
Si hacen mejores cambios en movimiento, que en parálisis por análisis.
Debemos confiar en nuestras habilidades de toma de decisiones y avanzar con determinación. Si hay algo que deba de ser modificado, lo haremos sobre la marcha.
3. Perfeccionismo paralizante
El perfeccionismo, llevado al exceso, puede ser paralizante, y también debe evitarse al emprender.
Existe una máxima en el mundo de las startups: “Si la primera versión que lanzas al mercado no te avergüenza, llegas demasiado tarde”:
La búsqueda obsesiva de la perfección puede llevar a la parálisis, por esperar a que llegue el momento perfecto y las circunstancias adecuadas. Esto llevará, sin duda, a la pérdida de oportunidades.
En lugar de tratar de que todo sea perfecto desde el principio, debemos estar dispuestos a lanzarnos y mejorar a medida que avanzamos.
4. Falta de flexibilidad
La falta de adaptabilidad es otro factor emocional que debe de ser eliminado, si queremos estar en consonancia con los tiempos en los que vivimos, y emprendemos.
El mundo empresarial actual es más dinámico que nunca y las reglas del juego cambian constantemente, por lo que es crucial ser flexible y estar dispuesto a ajustar nuestra estrategia cuando sea necesario.
Aferrarse obstinadamente a un plan que no funciona puede llevar al fracaso. La clave aquí no consiste en abandonar, sino en ajustar los parámetros necesarios para seguir en la carrera hacia el éxito.
5. Aislamiento emocional
Por último, el aislamiento emocional es el mayor fantasma a vencer si no queremos fracasar a la hora de emprender.
El emprendimiento puede ser solitario y nos encontraremos, a menudo, que nadie en nuestro entorno nos entiende, ni nos puede ayudar, ya que nunca pasaron por las situaciones a las que nos enfrentamos.
Es fundamental buscar apoyo emocional y consejos de mentores, amigos o colegas que hayan estado en la misma situación.. El aislamiento puede llevar a la soledad, la frustración, a la negatividad y la falta de perspectiva.
La conexión con otros puede proporcionar nuevas ideas y motivación, incluso si son emprendedores de otros sectores.
Conclusión
En resumen, evitar el miedo al fracaso, la indecisión, el perfeccionismo, la falta de adaptabilidad y el aislamiento emocional son fundamentales para tener éxito en el emprendimiento.
Al reconocer en nosotros mismos y abordar el cambio de factores emocionales negativos por los positivos, estaremos mejor preparados para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en nuestro camino empresarial.
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El emprendimiento es un viaje emocionante en un entorno externo, cambiante y competitivo. Al evitar estos obstáculos internos, aumentamos nuestras posibilidades de alcanzar el éxito.
