Después de 14 años, más de 32.000 pacientes tratados y 20 ediciones de la formación, este año , Sara Romerodeja de ofrecer Consultas y pasa a concentrar su tiempo y energía en la divulgación y expansión internacional del Método SOMA.

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Preocupación: sentimiento paralizante y peligroso

A lo largo de nuestras vidas, todos experimentamos distintos momentos de preocupación, desde asuntos cotidianos hasta problemas de mayor envergadura. 

Si bien la preocupación suele tener un propósito adaptativo al ayudarnos a anticipar problemas y prepararnos para enfrentarlos, su impacto en nuestro presente y sus consecuencias tienen que ser observadas con sumo cuidado.

Aquí nos referimos a esa preocupación que no podemos controlar, ni frenar, y que domina nuestros pensamientos, aunque nuestros argumentos lógicos y nuestro entorno la consideren desmesurada.

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En las próximas líneas, conoceremos un poco más acerca de la preocupación obsesiva y las consecuencias que puede acarrear en la salud de las personas. 

La preocupación: el sentimiento paralizante.

Cuando hablamos de los peligros que conlleva el sentimiento de preocupación, el más obviado pero de los más importantes en nuestra vida es su carácter inmovilizante del presente.

Muchas veces, por miedo a algún hecho que puede acontecer en el futuro, bloqueamos nuestro presente, paralizamos el área involucrada con ese miedo con la esperanza de que seremos capaces de prevenirnos para cuando el problema llegue.

En los aproximadamente 6.000 años de civilización humana, no se ha registrado un caso en el que la preocupación haya cambiado el resultado del miedo que provocaba ese sentimiento.

Por ejemplo, si tu empresa no está funcionando y estás preocupado de que te despidan, por mucho que sientas esa preocupación, no va a cambiar el resultado final de si te despiden o no.

Sin embargo, es posible que la preocupación haya agravado la experiencia, ya que en lugar de anticiparte al riesgo que temes, buscando un nuevo trabajo, o afrontando la situación, habrás permanecido en un bucle mental, a la espera de que tus temores se confirmen. 

Y si no se confirman, de nuevo habrás perdido tiempo y energía que podrías haber utilizado para disfrutar más de tu vida, o afianzarte mejor en tu profesión.

Esto te puede interesar > Desbloqueando los Aspectos Energéticos: Cómo Superar los Obstáculos y Encontrar la Armonía

Por lo tanto, desde este punto de vista, la preocupación se vuelve un problema cuando nos inmoviliza en el presente y no nos deja avanzar en nuestro camino.

Consecuencias del sentimiento de preocupación.

Problemas físicos.

Las consecuencias más notables relacionadas con la preocupación están relacionadas con los problemas que está genera en nuestro cuerpo. Algunos ejemplos de problemas físicos que puede provocar este sentimiento son la tensión muscular y dolores asociados a ella, problemas gastrointestinales, problemas cardiovasculares, problemas dermatológicos o un sistema inmunológico debilitado, entre muchos otros.

Esto es así porque el stress sostenido en el tiempo genera inflamación, peores digestiones y sobre esfuerzo del organismo.

Problemas mentales

A parte de los problemas físicos, el sentimiento de preocupación puede desarrollar una serie de problemas a nivel mental, entre los que destacan los cambios de humor, la irritabilidad, el insomnio, los problemas cognitivos, la ansiedad e incluso la depresión. Por eso es especialmente importante prestarle atención a este aspecto.

Esto te puede interesar > Depresión, ansiedad, estrés y otros síntomas físicos

Conclusión

La preocupación es un sentimiento común en la experiencia humana que puede tener un impacto significativo en nuestra vida presente y futura. 

Si bien puede servir como una herramienta adaptativa para anticipar problemas, debemos tener cuidado para no permitir que nos paralice en el presente, ya que rara vez cambia los resultados futuros. Además, sus consecuencias en la salud física y mental son notables, desde problemas físicos como la tensión muscular hasta trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Reconocer y abordar la preocupación de manera saludable es esencial para vivir una vida más equilibrada y saludable.

Desde la perspectiva del Método SOMA, la preocupación es uno de esos programas a los que solemos atribuir problemas y que está fuertemente asociado al factor emocional. Siendo frecuente en esta programación sentimientos como la culpa, el miedo o la incertidumbre.

Por eso lo consideramos como un sentimiento inútil necesario de eliminar de nuestro ser para poder proyectarnos en la dirección correcta.

Esto te puede interesar > “Como las emociones afectan tus ojos” Conversaciones entre Ainhoa de Federico y Sara Romero

Si todavía tienes dudas de si tienes este programa, o si te interesa conocer más acerca del enfoque del Método SOMA respecto de la preocupación, puedes consultar el siguiente enlace:


A lo largo de nuestras vidas, todos experimentamos distintos momentos de preocupación, desde asuntos cotidianos hasta problemas de mayor envergadura. 

Si bien la preocupación suele tener un propósito adaptativo al ayudarnos a anticipar problemas y prepararnos para enfrentarlos, su impacto en nuestro presente y sus consecuencias tienen que ser observadas con sumo cuidado.

Aquí nos referimos a esa preocupación que no podemos controlar, ni frenar, y que domina nuestros pensamientos, aunque nuestros argumentos lógicos y nuestro entorno la consideren desmesurada.

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En las próximas líneas, conoceremos un poco más acerca de la preocupación obsesiva y las consecuencias que puede acarrear en la salud de las personas. 

La preocupación: el sentimiento paralizante.

Cuando hablamos de los peligros que conlleva el sentimiento de preocupación, el más obviado pero de los más importantes en nuestra vida es su carácter inmovilizante del presente.

Muchas veces, por miedo a algún hecho que puede acontecer en el futuro, bloqueamos nuestro presente, paralizamos el área involucrada con ese miedo con la esperanza de que seremos capaces de prevenirnos para cuando el problema llegue.

En los aproximadamente 6.000 años de civilización humana, no se ha registrado un caso en el que la preocupación haya cambiado el resultado del miedo que provocaba ese sentimiento.

Por ejemplo, si tu empresa no está funcionando y estás preocupado de que te despidan, por mucho que sientas esa preocupación, no va a cambiar el resultado final de si te despiden o no.

Sin embargo, es posible que la preocupación haya agravado la experiencia, ya que en lugar de anticiparte al riesgo que temes, buscando un nuevo trabajo, o afrontando la situación, habrás permanecido en un bucle mental, a la espera de que tus temores se confirmen. 

Y si no se confirman, de nuevo habrás perdido tiempo y energía que podrías haber utilizado para disfrutar más de tu vida, o afianzarte mejor en tu profesión.

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Por lo tanto, desde este punto de vista, la preocupación se vuelve un problema cuando nos inmoviliza en el presente y no nos deja avanzar en nuestro camino.

Consecuencias del sentimiento de preocupación.

Problemas físicos.

Las consecuencias más notables relacionadas con la preocupación están relacionadas con los problemas que está genera en nuestro cuerpo. Algunos ejemplos de problemas físicos que puede provocar este sentimiento son la tensión muscular y dolores asociados a ella, problemas gastrointestinales, problemas cardiovasculares, problemas dermatológicos o un sistema inmunológico debilitado, entre muchos otros.

Esto es así porque el stress sostenido en el tiempo genera inflamación, peores digestiones y sobre esfuerzo del organismo.

Problemas mentales

A parte de los problemas físicos, el sentimiento de preocupación puede desarrollar una serie de problemas a nivel mental, entre los que destacan los cambios de humor, la irritabilidad, el insomnio, los problemas cognitivos, la ansiedad e incluso la depresión. Por eso es especialmente importante prestarle atención a este aspecto.

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Conclusión

La preocupación es un sentimiento común en la experiencia humana que puede tener un impacto significativo en nuestra vida presente y futura. 

Si bien puede servir como una herramienta adaptativa para anticipar problemas, debemos tener cuidado para no permitir que nos paralice en el presente, ya que rara vez cambia los resultados futuros. Además, sus consecuencias en la salud física y mental son notables, desde problemas físicos como la tensión muscular hasta trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Reconocer y abordar la preocupación de manera saludable es esencial para vivir una vida más equilibrada y saludable.

Desde la perspectiva del Método SOMA, la preocupación es uno de esos programas a los que solemos atribuir problemas y que está fuertemente asociado al factor emocional. Siendo frecuente en esta programación sentimientos como la culpa, el miedo o la incertidumbre.

Por eso lo consideramos como un sentimiento inútil necesario de eliminar de nuestro ser para poder proyectarnos en la dirección correcta.

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Si todavía tienes dudas de si tienes este programa, o si te interesa conocer más acerca del enfoque del Método SOMA respecto de la preocupación, puedes consultar el siguiente enlace:

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